Y es que ya no quiero estar aquí, en esta posición. Son palabras efímeras las que decimos para espantar a la locura y la apariencia. Solo queremos decirle al otro que nos duele pero que eso no nos va a definir, que no queremos que nos defina, que en la vida hay cosas y esas cosas no es solo ella. El mundo tiene muc....






Si mucho han de tener las hojas
el otoño es mi bendición.
Bendición de esa fortuita, inédita,
de esa de ojos vendados y ansiedad.
De esa que se tira por los abismos buscando dónde estás.

De esa que no encuentra nada y se desgarra.
o de esa que se canta la mañana y el alba
que dice que esto es un coro y que dice que te vi en una escena.

Más tarde reflexioné que todo era una mentira
y que esa mentira, más tarde, fue otra más.

Pero que le voy a hacer si los juguetes se empeñan en decir que no eres mía.
Si las entrañas ya me dicen (no sé como) que andan podridas de ti,
que la mañana tantas veces mencionada se acabó contigo y lo que queda es una tarde
que más que noche tiene sabor a mecedora y uvas pasas....
Que esto también es una mentira pues aún tengo el tufillo de sabor a fresa y lo que me cautiva son las tardes voluminosas por no decir sexosas llenas de ti. Llenas de sueños.


No te creas que hablo de ti por ti. Muchas veces me han confundido con ello,
y es que ya no tengo nada que hacerle a tu presencia,
pero si a la princesa en la que algún día creí.
Ese es el problema de los cuentos de hadas imperfectos,
que cuando tu aceptas que son pura mierda y que la belleza
es esa dama imperfecta, todo mundo quiere creerse Peter Pa.....

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